El contexto ideológico
de la obra de Goya

Un sector importante miraba hacia atrás, hacia la época de los Austrias: la época de la unión indisoluble entre el poder político y el religioso, del expansionismo militar y colonial, de la hegemonía española en Europa, del exaltamiento de los valores tradicionales.

Otro, el sector ilustrado y reformista, seguía con atención los cambios ocurridos en la sociedad y cultura de sus vecinos del Norte, en los que veía la razón de esas redobladas energías que habían puesto en la picota el poderío español. Esaa ideología no era, con todo, importada, sino heredera de la tradición crítica y arbitrista española de los siglos XVI y XVII.

La posición de los reformistas distaba de ser radical. Sólo adquiriría tintes antitradicionalistas y revolucionarios en torno a la guerra de la Independencia. Durante el conflicto entre absolutistas y liberales que ocupó buena parte del siglo XVIII español las posturas continuaron radicalizándose.

El programa reformista buscaba redirigir el país hacia las actividades productivas como base de un despegue del nivel de vida y de la posición internacional española. El arma para conseguirlo era, sobre todo, la educación y la crítica de costumbres.

En segundo lugar, vendría la reforma de las estructuras jurídicas y económicas, sobre la que existía mucho menos consenso. No hay que olvidar que el grupo ilustrado incluía tanto representantes de la nobleza como burgueses, con intereses en muchos casos divergentes.

Francisco Javier García Marco