Historia de los Goyas en Aragón

Armario de las reliquias de la iglesia parroquial de Fuendetodos, destruidas en 1936

La historia de los Goyas en Aragón empieza hacia 1760. Goya pintó en Fuendetodos su primer encargo conocido, la decoración del armario-relicario de la iglesia parroquial.

En 1766 pinta cuatro formidables Padres de la Iglesia para la iglesia de San Juan el Real de Calatayud (Zaragoza), regentada por los jesuitas. Goya insistirá en este tema en 1772 en la iglesia parroquial de Remolinos (Zaragoza) y en la ermita de Nuestra Señora de la Fuente de Muel (Zaragoza). Estas obras constituyen, junto con sus trabajos para la Cartuja de Aula Dei y el Pilar de Zaragoza, las grandes obras de juventud de Goya.

Sin embargo, su producción aragonesa de la primera época no se agota en estas obras. Quizá ya en 1763, Goya había pintando para la Iglesia de San Juan de Calatayud Goya una La consagración de San Luis Gonzaga como patrono de la juventud, que podemos admirar en el Museo de Zaragoza. Se ha atribuido a Goya un San Pedro en la cárcel , realizado entre 1776 y 1771 y custodiado en el Seminario de San Carlos (Zaragoza). Y en 1771 había pintado para el Colegio de la Compañía de Jesús en Alagón (Zaragoza) un freso dedicado a la adoración del Nombre de Dios , tema que repetiría para la Basílica del Pilar de Zaragoza en 1772. También es de 1771 un San Antonio Abad que se guarda en el Museo de Zaragoza.

Durante estos años realiza también frescos y óleos para la capilla de los condes de Sobradiel, alguno de los cuales se puede apreciar en el Museo de Zaragoza y el resto disperso por museos de todo el mundo. En Esquedas (Huesca), localidad del señorío de estos nobles, se conserva un Padre eterno atribuido a Goya, que pintaría hacia 1762. No son estos los únicos trabajos religiosos realizados para clientes nobles, pues en 1771 pintó El sueño de San José para el palacio de los conde de Gabarda en Zaragoza, conservado actualmente en el Museo de Zaragoza

Por esos años (hacia 1771) ejecuta al óelo para su familia sendas estampas devocionales dedicadas a la La Virgen del Pilar y a la Muerte de San Francisco Javier , que se guardan en el Museo de Zaragoza.

Las huellas de su viaje a Italia se muestran con fuerza en los frescos al óleo dedicados a la vida de la Virgen que pinta para la Cartuja de Aula Dei (Zaragoza) en 1772. Ese mismo año pinta el Coreto de la Basílica del Pilar, obra de la cual se conservan en el Museo del Prado (Madrid) los estudios preparatorios que realizó sobre papel. Entre 1774 y 1780 se interrumpe su obra aragonesa, pues Goya trabaja en Madrid, como pintor de la Real fábrica de tapices.

En 1780 Goya vuelve a Zaragoza para pintar una de sus obras maestras. la cúpula de doce metros de diámetro dedicada a la Reina de los Mártires, Regina Martyrum, de la Basílica del Pilar, y sus cuatro pechinas (La Fe, La Paciencia, La Fortaleza, La Caridad). En el Museo del Pilar se conservan los bocetos que pintó sobre lienzo, antes de acometer los frescos definitivos.

En la primera mitad de la década de los ochenta, pintó una nueva Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago para la Iglesia parroquial de Urrea de Gaén. Este cuadro fue destruido durante la Guerra Civil. Goya todavía pintó tres cuadros de temática religiosa hacia el final del dieciocho para la Iglesia de San Fernando de Torrero, expoliados por las tropas francesas durante el sitio de Zaragoza. Los bocetos se conservan en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid y en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires.

Sin embargo, en 1781 concluída su polémica obra en el Pilar, Goya vuelve a Madrid y solo visita ocasionalmente a su tierra. A partir de entonces Goya se hace presente en Aragón, sobre todo, gracias a sus estupendos retratos al óleo, conservados en diversos museos y colecciones de Zaragoza y Huesca.

En el Palacio de la Duquesa de Villahermosa en Pedrola (Zaragoza) se conserva un retrato de Ramón de Pignatelli. Pero no es la única joya de la colección: también se puede admirar un boceto del Dos de Mayo de 1808, El baile de máscaras y El coloso. Algunos de estos cuadros han sido recientemente adquiridos por la IberCaja

Aparte de la obra pictórica, en el Museo de Zaragoza y en el Museo Camón Ibercaja Aznar (Zaragoza) se pueden contemplar también las grandes serie de grabados que realizó Goya, así como documentación original relacionada con él. La Caja de Ahorros de la Inmaculada acaba de adquirir una edición original de los grabados. Por fin, el Museo de Huesca -al norte de Aragón- ofrece sus Toros de Burdeos y el retrato de Antonio Beyán Monteagudo (1782).

Bibliografía

Torralba, Federico.Goya en Aragón. León, 1977.

Morales y Marín, José Luis.Goya, pintor religioso. Zaragoza : Diputación General de Aragón, 1990.

Goya en Ponce (Puerto Rico). [Ponce, 1995].

Javier García Marco



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